Empiezo a tocar unos acordes...
Empiezo a sentir como mis dedos se dejan llevar por los acordes haciendo que la música fluya al unisono.
Empiezo a ver con los dedos las cuerdas. Los acordes de una guitarra flamenca...
Empiezo a sentir, que a cada compás las notas cobran vida, ritmo, movimiento, crecen y fluyen por todos los corazones de esas personas que me observan.
Empiezo a sentir que mi propio corazón es expulsado de mi cuerpo por llevar un ritmo tan acompasado a mi fiel amiga, la guitarra flamenca.
Empiezo a notar que el sudor empieza a recorrer todo mi cuerpo. Que mis extremidades superiores están cansadas de tocar, que las manos ya cansadas por el trabajo se parar en seco con un ultimo acorde.
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